Escrito por LASTRE
Editado y publicado por OSITO JACKY


Su principal quehacer y mayor placer sexual, es menospreciar al resto del mundo mundial y creerse un ser superior. Pobre el inepto que va hacia él con intención de comprarle algún artículo como:

Víctima envidiosa y patética: Hola, tienes algún libro de Neruda o de filosofía poética?

La ratilla ni le contesta, probablemente por que le haya dado un derrame cerebral ante tal cuestión, entonces le llama patético y envidioso, le vende a precios desorbitados una patética copia de un cochinin de los de nuestro venerable Osito Jacky, aunqué falsa y sin sentido, y gana un ADEPTO para su Comuna. Entonces sigue vendiendo hasta que otro pollo se acerca a su cochambra en el centro de salud mental... Veamos lo que acontece entonces amigos del documental...

Violador de camioneros de la C30 Patético y envidioso: Hola, ¿quieres ser mi amigo con derecho a roce?

Ratilla: Eres patético y envidioso, vienes a robarme las ideas que tengo introducidas en el ano.

A pesar de la negativa de la ratilla, su compañero de jaula no lo entiende y lo viola durante una hora, después vuelve con sus amiguitos. La ratilla, confusa, ha visto en su atormentador la figura de otro patético acólito que le ha demostrado su afecto, por tanto se anota otro adicto a él. Este envidioso y patético violador de camioneros se siente muy complacido y probablemente vuelva a la ratilla a la noche siguiente y disfruta de una morbosa fantasia pensando en la ratilla mordiendo almohada en público, y durante mucho tiempo practicará el onanismo pensando en la ratilla.

La ratilla, con el trasero escocido, es feliz.

Y eso lo hace desde internet, ya que en realidad poco se atreve a sacar el ocico de su madriguera por el hecho de que no se quiere mezclar con la chusma y los patéticos envidiosos que pueblan el mundo mostrandole su total desprecio.

Pero así va ganando adeptos y robando carteras y si le preguntas pone los ojos en blanco, tose, esputa visceras y dice que está muy malita. Eso es por qué no sabe la respuesta, es decir, vende sus cochambras y después le hecha la culpa al patético y envidioso mundo en el cual ha aterrizado después de la destrucción de su planeta natal, Krypton.

Es algo así como si fuera repartiendo felaciones por la calle a cambio de algo de comida y después no tragara.

Por último, está el típico chico gordito, el chico gordito que después de que yo me acerque a la ratilla por la espalda con un palo... y zas, la transforme en McHamburguesa... se coma a la ratilla entre pan y pan junto con un poco de ketchup mientras yo me dejo llevar por mi imaginación espiandolo por la rendija de desague del wc.

¡¡McRatillas para todos!!

Un patético y envidioso saludo de vuestro envidiado Lastre.