Libro de paperinas - Lucha por tus truños

Escribiendo mis paranoyas al dorso de los recibos que me encuentro en la papelera del cajero y dandome cuenta de que ya he llegado al numero 100 he decidido ,para celebrarlo ,compartir con vosotros una pequeñisima parte de mis notas de manera completamente gratuita.

Cuando llegue mas o menos a los 1024 los juntare todos formando un ladrillo que saldra a la venta con el inmejorable precio de 3 kilos 500 gramos de pistachos.

La chusma te pondra a parir

No se si os ha pasado que cuando vas con tus boñigas en la mano todo el mundo os mira de forma patetica y envidiosa simplemente porque no se atreven a hacer lo que tu haces: olisquear tus propias heces.

Otros seran conocidos ,tambien pateticos y envidiosos ,que te diran mas o menos lo mismo :"Este esta chotao..."

Muchos estaran satisfechos con tu material fecal ,principalmente tus compañeros de cajero y tu mascota porcina ,pero muchisisimos otros te tendran una envidia mala malisima de la muerte y te haran la vida imposible haciendote criticas como: "pero suelta eso so marrano" ,"que tio tan asqueroso" ,"no te vuelvas a acercar a mi en tu vida".

La chusma que anda criticando los truños de los demas no tiene detritos propios que degustar y eso por dentro les recome pero no solo habra criticas ,tendras que enfrentarte a gentuza que te querra ingresar en sanatorios mentales, escupitajos, tobas, collejas, toñinas...

Cuando vean que no te ganas los pistachos con tus cagarrutas haran que te plantees si merece la pena seguir restregandotelas por el cuerpo pero lo que tienes que hacer es ignorarlos y seguir a lo tuyo.

Mi experiencia con calaña que me ha señalado por luchar por mis truños

Desde el primer momento en el que empece a vender mis cochinis ,mi fruta rica y jugosa ,mis seminarios... me he encontrado con una patetica y envidiosa patulea que me ha atizado incontables veces con un palo. El creer que no pueden perseguir sus truños les hace pensar que los demas tampoco podemos.

Asi que sigue adelante hasta que tengas las orejas tan llenas de roñilla que no oigas nada de nada.