Escrito por Lastre
Editado y publicado por Osito Jacky


A muchos de vosotros os habrá pasado que sois así un poco patéticos y que codiciais la fruta del vecino, o lo que es lo mismo, sois unos patéticos envidiosos.

Antes de meteros entre los cartones del cajero pensais: esta noche no vendrá Kolokon a darme cariño, y te pones a fantasear con su llegada a partir de la cual todo será así como de otro color, ya que seguro que viene acompañado de una paperina de la alegría.

Y no, no es así. Eso que vosotros, envidiosos, entendeis como perversión no es cierto, la perversión no es como violar a un maniquí "distraido" del todo a 100 de la esquina.

La perversión depende de uno mismo. Nunca llegará kolokon con una paperina por que se la habrá metido él.

Así que quedate solo, es lo mejor que se puede hacer en este patético y envidioso planeta. Estando solo no dependerás de alguien que robe peras por ti, o de que cochinin acabe el almuerzo para roer los huesos que queden, o de patéticas y envidiosas novias, ni tan siquiera del sexo que consigas con los pistachos de tu saca.

La otra opción que hay es unirte al Osito Jacky, juntos haremos un patético planeta en otra parte, lejos de aqui, donde solo dependerás del Osito Jacky y de ti mismo, por cierto se que te autoenvidias a ti mismo, patético.

De todos es conocido el famoso cuento infantil que le cuentan a los pobres y patéticos niños.

- Abuelita abuelita, que ojos más grandes tienes!

- ¡Son para verte mejor!

- ¡ Abuelita abuelita, que nariz más grande tienes!

- ¡Es para olerte mejor!

- ¡Abuelita abuelita, que dientes más grandes tienes!

- ¡Son para comerte mejor!

Y esa es la historia de por qué envidiamos la fruta ajena cuando la podemos afanar por nosotros mismos.

Me despido como siempre con un Lastre de abrazo para todos vosotros, con especial cariño para los patéticos ignorantes.